viernes, 23 de enero de 2009

Escucha mi voz

"Ningún ser humano desea venir al mundo. Un buen día, sin que nos hayan consultado, nos encontramos en medio del escenario, algunos obtienen el papel de protagonista, otros son simples comparsas, otros salen de la escena antes de finalizar el acto o prefieren bajar y disfrutar del espectáculo desde la platea (reír, llorar o aburrirse, según el programa del día).
A pesar de esta evidente violencia, una vez nacidos nadie se quiere ir. Me parecía una paradoja: no pido venir al mundo, pero una vez aquí, ya no me quiero ir. ¿Cuál es entonces el sentido de la responsabilidad individual? ¿Soy yo el que escojo o soy escogido?
¿Es pues verdadero acto de voluntad -lo que diferencia al hombre de los animales- decidir cuándo marcharse? No escojo venir al mundo, pero puedo decidir cuándo decir adiós: no ha sido por mi voluntad que he bajado, pero sí lo será cuando suba.
¿Pero bajar y subir de dónde? ¿Hay un abajo y un arriba? ¿O sólo un vacío absoluto?"